COMENCEMOS CON UN REPASO POR LO MÁS ARRIESGADO DE LA DANZA DE ESTE SIGLO…
Cortesía: Ana Arenas. https://digitalculture.tv/
El camino recorrido por la danza contemporánea sigue la línea disruptiva que ya proclamaron las damas de todo esto. Isadora Duncan, Ruth Saint Denis y la gran polifacética Valentine de Saint-Point ya lo decían: Todo cuerpo en movimiento es un cuerpo danzante… incluso en reposo. En un acercamiento a danzas no propiamente occidentales, ellas liberaron al cuerpo de los códigos propios de la danza clásica para dar paso a una nueva vía de expresión que sigue dando sus frutos.
Pero ¿es cierto que no encontramos innovaciones o rupturas en el ballet? Esta es una aproximación a las coreografías más extremas de los siglos XX y XXI.
Espectáculo de danza contemporánea incluyendo discapacitados.
Espectáculo de danza contemporánea incluyendo discapacitados
El hecho es que la danza clásica no fue ajena a las corrientes de vanguardia.
Nadie mejor que Philippe Noisette, uno de los críticos más formados del panorama actual, para explicar la gran revolución que supusieron los Ballets Rusos de Serguéi Diáguilev en la escena de su época.
https://www.lesechos.fr/weekend/spectacles-musique/comment-les-ballets-russes-influencent-toujours-le-monde-de-la-danse-1365129
Recordemos además aquel hito que supuso precisamente la entrada de la danza a la modernidad, hito nada decoroso aunque no del todo aclarado. Fue allá por 1912, en París, en el Théâtre du Châtelet, cuando Nijisnsky (dos años menor que Duchamp) en pleno estreno de “Aprés midi d´un Faune de Debussy”, regala al público y a la posteridad un acto de onanismo que posiblemente esté solo en nuestras cabezas. En cualquier caso, la anécdota ya es historia.
Así que atendiendo a la escena de modo amplio y desde la perspectiva que nos da el tiempo, dos décadas ya tras el cambio de siglo, ¿Qué obras han dejado huella en este sentido? ¿Cuál es el alcance de tal impacto? ¡pongámonos a ello!
Sin duda la intención del autor/a es clave pero no solo. A partir de la mirada del público, así como del contexto social de la obra, encontramos la confirmación de su radicalismo. Por lo que no hablamos solo de forma o contenido, sino de ese algo que es ciertamente perceptible, interpretable, pero no descifrable en la mayoría de los casos. Digamos que la danza, a pesar de múltiples intentos, carece de codificaciones propias generalmente aceptadas, y casi mejor que así sea.
Los dos primeros bailarines, representantes del reverso más punk del panorama, nos han dejado piezas con algunos de los discursos más reivindicativos políticamente hablando.
NORA CHIPAUMIRE
Ella, Nora Chipaumire, es reveladora, casi epatante. A vueltas con su cuerpo racializado y la violencia de los estereotipos que lo rodean, ha conseguido zarandear en su público la condición privilegiada de lo que llamamos blanquitud. Y este, agradecido, la ha llevado a cosechar una carrera de éxito. Nacida en Zimbabwe en 1965 y residente en Nueva York, sus obras #PUNK 100% POP *N!GGA ya forman parte del panteón de la danza actual.
GARY CLARKE
El otro bailarín al que nos referimos, viene de Reino Unido y trae la atmósfera de sus suburbios siempre presente. Su nombre es Gary Clarke como el afamado actor, y por esta razón no encontraréis mucho googleando al respecto. Clarke nos ha dejado el mejor reflejo de la frustración social acumulada tras décadas de causas perdidas, puritanismo y precariedad laboral. En su solo Horsemeat ya encontramos una firme declaración de intenciones y la semilla de sus trabajos posteriores como director artístico de su propia compañía. Y por ello le queremos. Avanti con Clarke.
FRANÇOIS CHAIGNAUD
Cambiando de enfoque nos adentramos en el universo onírico de François Chaignaud. Un bailarín que traspasa los márgenes de toda coraza estética a golpe de drama y sensibilidad, al límite de lo histriónico, embriagador, seductor… Normal que el público haya caído en sus redes.
Chaignaud introduce su propio canto y compone narrativas inspiradas en ricas referencias históricas. El arte sacro, Hildegard von Bingen y la literatura erótica enmarcan algunas de sus obras, entre las que destacamos “Romances inciertos, un autre Orlando” por su acercamiento al repertorio legado por la música tradicional española. En Orlando nos sitúa en plena Edad Media para contar la historia de personajes ambiguos e identidades en juego.
DAVE ST-PIERRE:
Vamos con nuestro último protagonista. Si hay un coreógrafo que ha conseguido representar las escenas más sórdidas de la danza de nuestro tiempo este es, cómo no, Dave St-Pierre. Sórdidas, casi obscenas, pero de una humanidad y belleza sublime. En su obra el desnudo no es ese recurrente recurso, sino el todo de la obra, literal y figurado es todo desnudo de cuerpos y pulsiones escondidas al fondo de nuestro subconsciente en forma de inocuas e ingenuas perversiones.
Su obra “Líbido” supuso una explosión en Canadá y el detonante de su carrera. Como detalle, cabe señalar la clara evocación a la ya comentada maniobra de Nijinsky en una de sus escenas. Todo un viaje carnal no apto para menores.
Cortesía: https://ysarca.com
Dave St. Pierre (1974). Bailarín, coreógrafo, director. Canadiense. Etiquetado como el enfant terrible de la danza. Un mero provocador para unos; un artista pegado a la honestidad (de la manera más brutal y humana, más terrible y poética) para otros (ahí me incluyo). Desde 2003 viene firmando obras que sacuden la escena por diseccionar sin tapujos lo incómodo de cualquiera. Le no man´s land show (2003), la primera que firma; La pornographie des âmes (2004), Un peu de tenderse. Bordel de merde (2010, crítica del espectáculo aquí) y New Creation (2012), las protagonistas de la trilogía Sociologie et autres utopies contemporaines. En todas ellas, soledad, tristeza, violencia, ternura, desnudo y desgarro. Humanidad, al fin y al cabo. Y generosidad. La de un creador que abre de par en par las puertas de su universo para contarlo con una franqueza que abruma. Uno de sus últimos proyectos, el documental Over my dead body estrenado este año y disponible en DVD desde el 23 de octubre, se presenta como el culmen del altruismo artístico de St. Pierre. El creador, que padece una enfermedad desde hace años por la que ha necesitado un transplante de pulmones recientemente, muestra el proceso de este padecimiento con la misma honradez artística que rubrica su discurso. Vida y obra en uno. La directora es Brigitte Poupart, también bailarina. Distribuye Les Films Du 3 Mars. El resultado, descarnadamente bello.
Descripción
Dave St-Pierre comenzó a bailar a la edad de 5 años. Aprendió claqué durante siete años. Hizo varias grabaciones para televisión, incluyendo la serie TV 101 West Pine Avenue de Radio-Canadá en 1984. En 1990, ingresó en la Facultad de Literatura y Cine, y se incorporó a la compañía de Mia Maure Danse, dirigida por Marie-Stéphane Ledoux y Brochu Jacques.
En 1992, entró en el Ateliers de danse moderne de Montreal como becario, y dejó la escuela en 1993 para trabajar con Brouhaha Danse. En esta compañía colaboró durante más de seis años. Luego bailó con coreógrafos varios, destacando entre otros, Harold Rheaume, Jean-Pierre Perrault, Clareton Estelle, Saboya Pierre-Paul, Alain Francoeur con los que viajó por Canadá, Estados Unidos y Europa. Con las coreografías de Daniel Léveillé, Amour, acide et noix y La pudeur des icebergs, Dave se forjó su renombre internacional. Ha participado en dos producciones de Cinéquanon Film, en una de estas películas, L’enfant de la musique, interpreta el papel principal: Mozart.
Ha creado varias obras coreográficas, como Le no man’s land show en 2003, pero
fue con La pornographie des âmes con la que Dave marcó su huella. En 2004, este trabajo fue presentado en teatros como Tangente, Usine C y l’Agora de la danse. Emprendió su gira europea por Munich, Frankfurt, Berlín, Wolfsburgo, Salzburgo y Amsterdam para regresar con fuerza a Montreal en el Festival de Théâtre des Amériques, justo un año después de la creación de la pieza. La obra ganó el premio Mouson de 2005 en Frankfurt. Es el primer canadiense en recibir este premio. Fue nombrado Personalidad del Año 2004-2005 por Radio-Canada, le Mirror, The Gazette, le ICI, la Presse, le Devoir y la revista alemana BALLETANZ. Dos años después de su creación, un nuevo viento sopla para esta pieza pudiendo representarla en febrero de 2006 en el prestigioso Festival de Luces de Montreal.
En otoño de 2006, la compañía presentó al mismo tiempo La pornographie des âmes (en Milán, Lausana y Copenhague) y la nueva creación Un peu de tendresse bordel de merde! cuyo estreno mundial fue en el Festival de Danza 2006 en Múnich, y después en Frankfurt en Mousonturm.