LA FAMILIA CARREÑO: SU APORTE AL ARTE DANZARIO 

por Jesús Dueñas Becerra.



El apellido Carreño desempeña una función decisiva en el seno de la Escuela Cubana de Ballet, y por extensión, en el mundo de la danza universal. Desde el veterano Lázaro hasta el benjamín Joel, esta talentosa familia de bailarines ha aportado, no sólo al arte danzario, sino también a la cultura, cubana, figuras de la talla excepcional de José Manuel y Alihaydée. Ahora bien, ¿es que la familia Carreño lleva la danza en los genes?

La respuesta a esta pregunta se halla en el reciente descubrimiento del mapa genético humano, conocido como genoma humano. Mientras la genética investiga la función específica desempeñada por cada uno de los 23 pares de cromosomas portadores de la vida humana, es posible esbozar una explicación racional de por qué la familia Carreño lleva el baile en el cuerpo, en la mente y en el espíritu.
Lázaro, José Manuel, Alihaydée y Joel, entre otros miembros de la familia Carreño, han dado, en la arena internacional, fama y prestigio, tanto al Ballet Nacional de Cuba como al arte danzario contemporáneo.

Pero, ¿cuál es el "secreto" de este apellido, estrechamente vinculado a la Escuela Cubana de Ballet? Si aceptamos el presupuesto teórico de que la danza es un arte, la práctica del arte danzario debe cumplir cuatro requisitos básicos. Hay que tener disciplina, no sólo para el ballet, sino para todo en la vida. Concentración, que exige estar solo con uno mismo, para poder percibir las vivencias subjetivas del yo; sin esta habilidad no se puede bailar. Paciencia, la cual consiste en comenzar de nuevo cuantas veces sea necesario, hasta dominar la técnica y el personaje. y preocupación, no sólo por ser mejor artista, sino también mejor persona humana.

La familia Carreño no sólo se ha consagrado en cuerpo y alma al arte danzario, sino también ha sabido racionalizar , interiorizar e incorporar a su peculiar estilo, las sabias enseñanzas de Alicia Alonso.

Nuestra prima ballerina assoluta llevó al intelecto y al espíritu de los Carreño, que cuando el artista baila lo hace con gestos, lo demuestra con el acento de los pies o con el movimiento de las manos. Se le va dando distinto valor a cada gesto y se contrastan entre sí; son movimientos pequeños que, hechos con las manos, la cabeza o el cuerpo, le dan otro sentido, otra variedad de sentimientos a la "personalidad" del personaje interpretado.

La familia Carreño le ha dado pleno sentido a su vida artística desde que puso sus alados pies en el Ballet Nacional de Cuba, y su "brújula" orientadora ha sido el amor a la danza ya la humanidad.

JESÚS DUEÑAS, PERIODISTA.

TODA UNA VIDA

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